Cual malvada y vanidosa reina que se regodea de su belleza frente al espejo, mientras se pregunta una y otra vez quien es la mas linda del mundo, Six Sigma se ofrece generosamente a los líderes de las organizaciones con frases tales como:
"Mas que una herramienta, Six Sigma es una filosofía de negocio que le permitirá tener un estándar de calidad excepcional, con el cual alcanzar los máximos niveles de satisfacción al cliente a través de un proceso sistemático de mejora contínua."
"Con Six Sigma podrá definir indicadores de gestión que estén alineados con los objetivos estratégicos de la organización, agregando continuamente valor a las expectativas y necesidades de los clientes internos y externos."
Como dice un proverbio popular español, -no te digo nada, y te lo digo todo-.
No obstante, cualquiera de estas expresiones provocará que fácilmente se le haga agua la boca a mas de un empresario desesperado. Aclaro desesperado, pues aquel que esté ganando millones con su empresa hará caso omiso a este tipo de anuncios. Lo que anda bien no se toca. Es mas, seguramente este exitoso empresario desarrollará su propio método de gestión, publicará un libro y dará conferencias sobre como ganó millones.
Pero volvamos al líder desesperado, acorralado por los accionistas de la empresa en la presta servicios porque su gestión al frente de la misma no brinda los dividendos esperados. El hará cualquier cosa por torcer el rumbo. Incluso embarcarse en Six Sigma; su última decisión: un tobogán directo hacia la oficina de tramitación del seguro de desempleo.
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